El día después de que estalló el conflicto entre Diego Maradona y Juan Román Riquelme, los protagonistas principales de esta historia se mostraron como son. Tras ver los partidos de la Champions, el DT de la Selección, aparentemente calmo, volvió a utilizar a los medios para acusar a Marcos Franchi (representante de Riquelme; antes trabajó con él) como quien "le llenó la cabeza" al jugador para provocar la ruptura. Román, en cambio, se entrenó en Boca (llegó 18 minutos tarde), casi no habló y se lo notó más retraído que de costumbre.
"Riquelme dio una conferencia de prensa (sic) muy rebuscada, preparada por alguien, le llenaron la cabeza", dijo Maradona. Y cuando le preguntaron si aludía a Franchi, subió la apuesta: "Yo priorizo la Selección, no lo que hicimos con Franchi en una noche de viciosos. Lo que pasó, pasó. Yo no me acuerdo de la plata que me faltó con Franchi. Pero parece que él si toca estos temas con Riquelme. Desde que nos separamos, no hablé más con él y ahora me pasó la factura seguro", expresó Maradona. La bomba dejó al descubierto cuestiones que parecían estar bajo la superficie y que ahora salen a la luz. La historia aún no tiene voces. Pero tiene voceros que cuentan y dicen. Hubo una y mil señales que Riquelme advirtió para animarse a irse de la Selección por segunda vez. Habló de "códigos", pero no aclaró cuáles y entonces lo suyo pareció más una excusa que una realidad. Supo Riquelme con las declaraciones de Maradona ("Así no me sirve. Está en un nivel inferior que Tevez, Agüero y Messi, que vuelan") que iba a tener que estar físicamente impecable para pelear por un lugar entre los 11. Y como no se entrena a full en la semana -y en Boca se lo permiten- tiene claro que no llegaría fácilmente a ese nivel. Ante ese panorama, la sensación es que se fue antes de perder su lugar. Porque futbolísticamente hoy está lejos de su nivel y porque el grupo de jugadores de la Selección no lo respalda.
Hubo una historia que arrancó antes del partido ante Ecuador, en el Monumental y por las Eliminatorias. El presidente de la AFA, Julio Grondona, le dijo a Lionel Messi, delante de sus compañeros, Riquelme incluido: "Este es tu equipo, ponételo al hombro. Sos el dueño". Eso a Riquelme no le gustó. Y esas palabras llegaron porque en la AFA sabían que Messi casi deja la concentración por no estar en onda con Román...
Riquelme también dijo que se enteró por radio de que Maradona no lo llevaba al amistoso de febrero con Francia. Lo cierto fue que Boca no lo dejó ir porque debía jugar por el torneo local ante Gimnasia de Jujuy. En verdad, pocos creen que los dichos de Maradona fueron el motivo de la salida de Riquelme. "Entonces Messi también tenía que renunciar cuando Diego dijo que jugaba para Deportivo Messi", contó un allegado al DT.
Atrás de la confrontación hay otra historia: en el plantel de la Selección pocos querían a Riquelme. Tevez, Agüero, Gago y Messi, por ejemplo, no tenían diálogo con él. Y jugadores que en otros tiempos sí lo tenían, como Abbondanzieri y Battaglia, ya no pasaban a su lado. De la base del plantel elegido por Alfio Basile en su momento y por Maradona ahora, sólo Fabricio Coloccini y Maxi Rodríguez conservaban algún contacto con Román. Mascherano, Heinze y Zanetti oficiaban de conciliadores. Y Verón se contentaba con haber vuelto a la Selección y no entraba discordias. Así, hoy la sensación mayoritaria de los jugadores es de alivio. Clarín habló con seis futbolistas que son usualmente convocados para jugar las Eliminatorias y, pidiendo reserva de su nombre, todos se inclinaron por ese lado.
Aquel cantito de los jugadores tras el partido en Francia -"Hay que alentar/hay que alentar, estamos todos/no llamen más"-, apuntaba a Riquelme por más que había otros ausentes. A Maradona y a su cuerpo técnico les llamó mucho la atención el cantito, pero más quiénes lo gritaban más fuerte: los más chicos del plantel. Por eso el DT abrió los ojos, repasó situaciones, mantuvo charlas con varios jugadores y empezó a tratar de acercarlos. No pudo. Riquelme no quiso. Los demás, tampoco.
Todavía más: en las concentraciones de la Selección, siempre fue un problema buscarle a Riquelme un compañero de habitación. Y cuando los entrenadores que lo tuvieron no consideraban que el equipo era él y 10 más, como Pekerman y Basile, a él se le complicó. Con Bielsa casi no jugó. Y ahora, con Maradona, directamente decidió no ser parte del proyecto. ¿Queda algún capítulo pendiente en esta historia? Acaso a tono con los capítulos anteriores, habrá que estar atento a las batallas mediáticas que seguramente alimentarán Maradona y Riquelme.
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