El DT de la Selección agradeció el apoyo de la gente, volvió a elogiar a Messi y no quiso confirmar el banco de los suplentes para el partido de mañana ante Brasil. "De la única manera que se puede ganar es no dando ni una ventaja", agregó.
Relajado, como si mañana fuera un día normal. Así se lo vio a Diego Maradona una vez que llegó al hotel Ros Tower, donde el plantel espera el partido ante Brasil, clave en busca de la clasificación al Mundial de Sudáfrica 2010. Luego habló de todo en poco tiempo y se fue a cenar junto a sus dirigidos.
"Messi está muy bien, está muy rápido. Ojalá le salgan las cosas, al menos el 50% de lo que le sale en el entrenamiento", dijo el Diez sobre su propio Diez. Desde hace varios días, Maradona no para de cargar de responsabilidades al jugador de Barcelona, para que asuma el papel que le corresponde, el de líder futbolístico de la Selección Argentina.
Pero no sólo de Messi vive Diego. También agradeció el recibimiento de la gente que se acercó hasta el hotel y se desligó del mérito por haber trasladado el clásico a la ciudad santafesina. "Yo hablé con Grondona, se los pedí, pero lo que querían los jugadores era esto", dijo tras saludar a los poco más de mil hinchas que gritaron que Maradona es más grande que Pelé.
Entre otras cosas, Diego habló de cómo parar a Brasil, para desarrollar el juego que espera. "No hay que dejarlo partir a Kaká, estar muy cerca de Robinho y con Luis Fabiano, los dos centrales ir a muerte. Sabemos lo que no tiene Brasil. De la única manera que se le puede ganar es no dar ni una ventaja y estar concentrado todo el partido", manifestó.
Además, Diego dijo que no sabe quienes integrarán el banco de los suplentes y habló del árbitro del partido, el colombiano Ruíz: "Es un hombre de experiencia, sabe lo que tenemos en juego. Dunga y yo podemos estar tranquilos".
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