sábado, 7 de noviembre de 2009

Una multitud emocionada despidió del fútbol a Sorin


En Belo Horizonte, el argentino jugó para Cruzeiro y para Argentinos Juniors en una fiesta con música y fútbol.

A lo grande, con el afecto de miles de personas alrededor y con el hábito irrompible de llevar una pelota en el pie, Juan Pablo Sorin cerró ayer, a los 33 años, su gran carrera en el fútbol profesional con una fiesta que incluyó música, color y, desde luego fútbol.

Con el estadio Mineirao colmado, Sorin arrancó y concluyó el partido homenaje vistiendo la camiseta del Cruzeiro de Belo Horizonte, el club que fue testigo de sus brillos más altos y en el que siempre será un ídolo, frente a un equipo de reserva de Argentinos Juniors, la institución que acunó sus sueños inaugurales de jugador que trasladó a la Selección Argentina, además de actuar para Juventus, River, París Saint Germain, Barcelona, Lazio, Villarreal y Hamburgo. "Todavía tengo mucha pasión por el fútbol. Salgo del fútbol, pero el fútbol no saldrá de mí", afirmó un conmovido Sorín, en una rueda de prensa concedida antes del encuentro.

En el comienzo del segundo tiempo del partido homenaje, Sorin jugó para Argentinos (que perdió 2 a 1) porque, como él enfatizó, "igual que hace quince años, igual que siempre, está en mi corazón". Luego, cuando volvió a calzarse la ropa del Cruzeiro, se quitó la de Argentinos dándole un beso a un costado de la cancha. Su mujer, su pequeña hija, sus amigos, sus ex técnicos Ramón Maddoni y José Pekerman y los hinchas brasileños que le profesan una devoción totalmente fuera de lo corriente para un futbolista argentino en esa tierra lo acompañaron en cada intervención con el mismo entusiasmo con el que aplaudieron a los músicos populares que se sumaron a una fiesta donde todo lo que se juntó tuvo fines benéficos.

La gente pobre de Belo Horizonte sacará provecho del adiós de Sorín. Los aficionados que acudieron al estadio Mineirao en la noche de este miércoles pagaron su boleto con al menos un kilo de alimento no peredero. Las 62.400 entradas se agotaron y se recaudaron 90 toneladas de alimentos, que fueron donados a las comunidades pobres de la capital del estado de Minas Gerais.

El resultado fue festejado por el jugador: "Tengo el pecho lleno de orgullo, también desde el punto de vista social. Siempre quise ayudar a la sociedad y hoy tuvimos una gran donación de alimentos", dijo el jugador, alguien reconocido por el compromiso social que le añadió a su notable trayectoria deportiva.

Sorin contó que su fiesta de despedida estuvo por encima de sus más grandes expectativas, ya que unos 65.000 hinchas llenaron el estadio, un día de semana y para un partido de carácter amistoso. "Sólo tengo gratitud a la gente y a este juego, que es espectacular, que es maravilloso", expresó el jugador que fue capitán campeón del mundo con la Juvenil de Argentina en Qatar, en 1995.

El desenlace de la noche del Mineirao tuvo tanta emoción como la noche entera. Se fue con una vuelta olímpica, Sorin, aplaudido por los brasileños cuando se puso la camiseta de la Selección para hacer parte del recorrido, y cuando siguió el camino con la de Argentinos y con la de Cruzeiro. Se fue lleno de cariño, como el jugador generoso y noble que logró ser en cada uno de sus muchos partidos. Se fue con el fútbol hecho fiesta.

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Qe lindos verlos ahi tan cerca (L)

Qe lindos verlos ahi tan cerca (L)
El 28/01 de nuevo y ojala con Tami (L)

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